Proximidad


Donde duerme la esperanza enmudecida de angustias
va mi recuerdo buscando el resuello de fortaleza,
en el lugar en que yacen las flores acabadas
dormita el canto de la musa, calla su voz la estancia

los ángeles guardan las espadas trocadas en lanzaderas.
Cerca del templo sagrado, la escarcha del cielo negro
matiza el quejumbroso llanto de los rebeldes
mientras la palabra dispersa yace en la humareda,
así clama mi alma aporreada su pequeña estancia
Sueño el sonar atemperado de una voz celeste
voz de diva y fragua de ensueño mullido
que invita a la exploración de la piel nueva
que llame al abrir de ojos de gran expectación,
sueño un rostro de nenúfares y cirios
alasbastrino color en su frente amplia que invita al beso
dulce sabor de piel envuelta en mantos de fuego.

Sueño tierras y hogares, patrias y amores de quietud
miro en aquellos ojos pardos la quietud que podemos
en esas alas la escala que remonta las alturas de Icaro
en esas telas la suavidad y dulzura que yace en cada ruda mano
que empuña la azada y la guadaña bajo el sol de cielos

Acaba pequeña tu tarea de diáfana quietud
extiende tu brazo hasta alcanzar mi faz,
toca el borde de mi labio un ínfimo instante
para sentir dentro de mi la fuerza que te eleva
para saber con mis huesos que puedo ser mejor
toca un segundo mi piel cansada de soles y lluvias
para entonar el canto sagrado de mi condición
y tendré en mi piel la sapiencia de que hay un universo
detrás de la puerta que creemos última.


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